Hubo una época en la que todos los continentes habitados estaban poblados por grandes mamíferos terrestres: mamuts, rinocerontes lanudos, perezosos gigantes, felinos con dientes de sable… Poco a poco, estos animales fueron extinguiéndose y en la actualidad, los pocos que quedan viven, en su mayoría, en África. Ese declive coincidió con la expansión del hombre. La dispersión de los homínidos fuera de África no sólo fue un acontecimiento clave para nuestra especie. Su salida de ese continente coincidió con una dramática reducción en el tamaño de los mamíferos, que fue, además global, es decir, se produjo en todos los continentes. Así lo asegura una investigación publicada en la revista Science que ha analizado la evolución en el tamaño de diversas especies de mamíferos terrestres – en el cual no se han incluido los marinos- desde hace 125.000 años, concluyendo que la acción depredadora del hombre ha sido la principal causa. Y esa tendencia a mermar de tamaño, sostiene este estudio, continúa. Según sus predicciones, dentro de unos 200 años la vaca podría ser el mamífero terrestre de mayor tamaño que quede en la Tierra. «Sobrevivirán pocos animales de su tamaño. La mayor parte de los mamíferos serán mucho más pequeños», asegura Felisa Smith, investigadora de la Universidad de Albuquerque (EEUU), y autora principal de este estudio. Si la vaca (Bos taurus) sobrevive, añade, será en gran medida porque ha sido domesticada. Qué causó la extinción de la megafauna y la progresiva pérdida de tamaño de los mamíferos terrestres sigue siendo objeto de debate en la comunidad científica. El papel que jugaron y juegan los humanos en su desaparición es el aspecto más controvertido. Según señala Jan van der Made, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), sin vinculación con este estudio, «la discusión se centra en si la extinción de grandes mamíferos se ha debido, sobre todo, a los cambios climáticos o a la acción del hombre». Según la investigación de Science, no sólo los Homo sapiens, sino también otros homínidos, como los neandertales o los denisovanos, contribuyeron decisivamente a la pérdida de grandes mamíferos terrestres. «A lo largo de buena parte de esos 125.000 años, la extinción se ha debido probablemente a la explotación de los grandes mamíferos por parte de los humanos. Hoy en día, por supuesto, son otros los factores que han propiciado que estén en riesgo, como la alteración de su hábitat, los conflictos con humanos e incluso las guerras», enumera Smith a través de un correo electrónico. Según relata la investigadora, un aspecto importante que examinaron en este trabajo es cómo los mamíferos han respondido a los cambios en el clima a lo largo de los últimos 65 millones de años: «Investigamos la influencia potencial del tamaño del cuerpo y la dieta, concluyendo que ninguno de esos factores estaban relacionados con la extinción durante el Cenozoico. Es decir, ser grande o pequeño no suponía tener un mayor riesgo para extinguirse en épocas de más frío o más calor», señala la autora, que asegura que sólo vieron una relación entre la extinción y el tamaño del cuerpo cuando los homínidos entraban en escena. A Jan van der Made no le sorprende que la vaca pueda llegar convertirse en el mamífero más grande dentro de un par de siglos: «Es muy duro, pero es posible que tengan razón. El elefante africano y los rinocerontes están muy amenazados. El elefante indio y los hipopótamos no están tan mal pero podrían extinguirse, al igual que los búfalos, los camellos, las jirafas y los osos, que son los otros grandes mamíferos terrestres que viven en la actualidad», explica en conversación telefónica. «Si una especie tiene interés económico, como la vaca, tiene más posibilidad de sobrevivir», añade este investigador especializado en grandes mamíferos. Según recuerda Van der Made, en Europa tenemos especies como el ciervo, el gamo, el bisonte o el lobo que han ido haciéndose más pequeñas durante los últimos 20.000 años: «En el Pleistoceno tardío, el periodo de estudio, eran mucho más grandes». Asimismo, cita algunos ejemplos de animales que se adaptaron bien a los cambios en el clima. El elefante Palaeoloxodon antiquus vivía en ambientes cálidos, es decir en el centro de Europa, durante los periodos interglaciales, mientras que durante los glaciales se refugiaba en el sur del continente; o el Mammuthus primigenius, el famoso mamut lanudo adaptado al frío que, durante los glaciales vivía en centro de Europa y que durante los interglaciales se refugiaba en el norte de Siberia. En la actualidad, el mamífero más grande es la ballena azul (que puede alcanzar los 27 metros) pero en este trabajo no se ha estudiado la evolución de los mamíferos marinos, sólo los terrestres con la excepción de los murciélagos, según aclara Smith. Tampoco han estudiado las extinciones en las islas, que es un aspecto que Van der Made echa en falta ya que «es precisamente en las islas donde las extinciones de mamíferos han sido mucho más fuertes, como se ha comprobado en lugares como Creta o Sicilia». Asimismo, el científico neerlandés destaca que «normalmente se dan más casos de extinciones en las altitudes altas que en el ecuador, y también en ambientes de bosque hay menos desaparición de especies que en la estepa y la tundra. Lo más llamativo es cómo un planeta capaz de sobrevivir durante millones de años a cambios en el clima y a catástrofes naturales; con la llegada del ser humano, las grandes especies animales se ven afectadas. Y es que en lugar de asumir su rol de especie inteligente para proteger la biodiversidad, el ser humano la está destruyendo. Y es que, aunque nuestros antepasados cazaban para comer y no tenían conciencia sobre el daño que hacían al capturar especies que se reproducían muy lentamente, ahora las especies se están viendo afectadas sobre todo por la destrucción del hábitat, por acción del hombre, el mayor enemigo de la naturaleza», puntualizó.
Filed under: Adventure | Tagged: NATURALEZA | Leave a comment »