IDIACANTHUS FASCIOLA: El auténtico Alíen de las profundidades

IDIACANTHUS FASCIOLAAnte todo, cabe precisar que a este lindo pececito no lo encontraremos en un paseo por el mar abierto o a la orilla del mar… y de verdad agradécelo que así sea, porque es realmente espantoso. Nos referimos al Pez Dragón Negro (Idiacanthus Fasciola) que vive a los 2,000 mts. de profundidad en los océanos Atlántico, Pacífico e Indico, así como en el Mar Meridional de China. Llamado también pez demonio, apenas tiene una extensión de 53 cms. distribuidos entre su cabeza y una larga cola que representa todo su cuerpo, pero es muy voraz. Tienen la particularidad de producir luz, ubicado en su barba que tiene una punta luminosa, el cual enciende y apaga a voluntad, y es utilizado para atraer a sus presas. Esta condición se le llama bioluminiscencia, ya que al poseer fotosferas producen luz. Aparte de ello, su piel puede llegar a ser ultranegra y gracias a ello pasar “desapercibido” en las profundidades de los océanos, Al respecto, nuevos estudios dados a conocer esta semana por científicos del Smithsonian indican que efectivamente, varias especies de peces dragón absorben la luz de manera tan eficiente que incluso con una luz brillante parecen siluetas sin características perceptibles. En la oscuridad del océano, incluso rodeados de luz bioluminiscente, literalmente desaparecen, según una investigación publicada en la revista Current Biology. En el artículo, el equipo de científicos dirigido por la zoóloga Karen Osborn, y el biólogo de la Universidad de Duke, Sönke Johnsen, explican cómo una disposición única de gránulos llenos de pigmento permite que algunos peces absorban casi toda la luz que golpea su piel, reflejando únicamente el 0,05% de esa luz. El hallazgo podría ayudar a los ingenieros a desarrollar materiales ultra negros menos costosos, flexibles y más duraderos para su uso en tecnología óptica, como telescopios y cámaras, y para camuflaje, explican los investigadores. La directora de la investigación, Karen Osborn, se interesó por primera vez en la piel de estos peces cuando trató de fotografiar algunos ejemplares muy oscuros que consiguieron atrapar mediante redes de arrastre utilizadas para probar las profundidades del mar. Y es que a pesar de contar con un equipo de grabación muy sofisticado, en el fondo del mar no fueron capaces de capturar ningún detalle de estos peces en las imágenes, ya que al absorber toda la luz, se convierten en un auténtico agujero negro. Más tarde, en el laboratorio, las mediciones confirmaron que muchos de los peces negros encontrados en las profundidades del mar absorbieron más del 99,5% por ciento de la luz que rebotó sus superficies. Eso significa que son ultra negros, es decir, más negros que el papel negro o que un neumático nuevo. Y en las profundidades del océano, donde un solo fotón de luz es suficiente para llamar la atención, esa negrura intensa mejora sus posibilidades de supervivencia. Por debajo de la superficie del océano, la luz solar no baja más allá de unos 200 metros, por lo que la mayoría de las criaturas de aguas profundas producen su propia luz, llamada bioluminiscencia. Esta luz natural también expone a los animales cercanos, y puede servir para frustrar el ataque de un depredador o, por el contrario, iluminar a una posible presa. Los peces ultra negros se camuflan precisamente al ser “inmunes” a esta luz, puesto que absorben cada fotón y se mantienen en una oscuridad absoluta. Esta capacidad de los peces ultra negros depende de la melanina, el mismo pigmento que colorea y protege la piel humana de la luz solar. Los autores del estudio han descubierto que este pigmento es muy abundante en estos peces. Pero además, se distribuye de una manera única. Los compartimentos celulares llenos de pigmento llamados melanosomas están densamente empaquetados en células de pigmento que se disponen a flor de piel en una capa continua. Esto permite que los melanosomas dirijan cualquier luz que no absorban inmediatamente hacia los melanosomas vecinos dentro de la célula, que se llevan la luz restante. Entre las especies estudiadas se encuentra el pez de la especie de pescado ultra negro Anoplogaster cornuta o el llamado dragón negro del Pacífico ultra negro (Idiacanthus antrostomus). El dragón negro tienen un señuelo bioluminiscente que usan para atraer presas, y si no fuera por su piel ultra negra y sus dientes transparentes y antirreflectantes, el reflejo de su señuelo asustaría a las presas. “Efectivamente, lo que han hecho es hacer una trampa de luz súper eficiente y súper delgada”, afirma Osborn. “La luz no se recupera; la luz no pasa. Simplemente entra en esta capa, y se ha ido”. “Estas estructuras que contienen pigmentos están empaquetadas en las células de la piel como una pequeña máquina de chicles, donde todas las chicles son del tamaño y forma adecuados para atrapar la luz dentro de la máquina”, agrego Alexander Davis, coautor del estudio y estudiante de doctorado en biología en la Universidad de Duke. “En el mar profundo con recursos limitados, los peces ultra negros parecen haber desarrollado un sistema más eficiente. Este es el único sistema que conocemos que utiliza el pigmento en sí mismo para controlar cualquier luz inicialmente no absorbida” puntualizo.

SCIENCE: El curioso y enigmático ‘lenguaje’ de las plantas

PLANT¿Sienten las plantas? ¿Se comunican entre si? ¿Son capaces de reconocer a sus semejantes? Durante años, los humanos hemos considerado a las plantas como seres vivos muy poco complejos. Pero, diversos estudios publicados en los últimos años indican que estos vegetales podrían contar con capacidades notables, incluida la de reconocer la identidad genética de sus vecinas y, al hacerlo, limitar la extensión de sus raíces, ajustar la floración a las características del grupo o inclinar y desplazar sus hojas para minimizar la sombra de las plantas vecinas, favoreciendo así a sus individuos más similares. Al respecto, nuevos descubrimientos realizados por investigadores estadounidenses han explorado cómo funcionan las señales eléctricas subterráneas que se transmiten de planta a planta, aunque, desgraciadamente, aun no se conoce qué tipo de mensajes se envían, según publica esta semana Science. Anteriormente, ya se había ha demostrado que se utilizan los hongos micorrícicos del suelo como una especie de circuito eléctrico, pero investigadores de la Universidad de Alabama en Huntsville y de la Universidad de Oakwood, ambas en los EE.UU., decidieron saber algo más sobre esta forma de comunicación. A través de una combinación de experimentos físicos y modelos matemáticos basados en ecuaciones diferenciales, estudiaron cómo funciona este servicio de mensajes subterráneos, utilizando la estimulación eléctrica como una forma de probar cómo se transportan las señales incluso cuando las plantas no están en el mismo suelo. Así, probaron las comunicaciones entre diferentes tipos de plantas en macetas separadas, tanto con cámara de aire como sin ella. Sin un conductor eléctrico que las conectara, la conexión se rompió. Con un cable de plata en su lugar, la red estaba de nuevo en funcionamiento, lo que sugiere que cualquier tipo de conductor eléctrico puede ser utilizado para esta mensajería de planta a planta. Además, las redes de mensajes parecían permanecer en su lugar y tomar una forma similar en los diferentes tipos de plantas. Los modelos sugieren además que diferentes tipos de plantas pueden ser capaces de comunicarse de la misma manera. «Creo que es definitivamente posible que las señales puedan propagarse a través de la red de raíces y se propaguen en la tierra común o el suelo desde una planta de tomate hasta, digamos, un roble», sostienen los investigadores. «El suelo juega el papel de conductor». Aunque este nuevo estudio no llega a ninguna conclusión firme sobre lo que se dicen entre las plantas, o cuánto de la comunicación es intencional o no, sí muestra el potencial de los mensajes que se envían sobre las amenazas a las plantas, su crecimiento, o el movimiento de las plantas. Según Science, el estudio también muestra que las redes micorrícicas en el suelo, previamente identificadas en otros estudios, no son estrictamente necesarias para que se establezca una red de comunicación a nivel de toda la planta. «No se realizó ningún estudio del procesamiento cognitivo de las señales eléctricas que pasan y reciben las plantas», matizan los científicos. «Otro tema es estudiar las comunicaciones de las plantas a través de las ondas eléctricas en el aire. Esta es una historia diferente que aún no ha sido estudiada a fondo» puntualizó.

¿EXTRAÑO MUTANTE?: Descubren un lagarto ‘con manos de aspecto humano’

LAGARTO MUTANTEVenga ya, no cabe duda que nuestro planeta está lleno de enigmas aun no resueltos y curiosas criaturas de los cuales antes ni teníamos conocimiento de su existencia quizás sea por pequeño tamaño, el escaso número de ejemplares o los lugares remotos e inaccesibles para nosotros donde viven a salvo de la codicia humana. No es extraño por ello que cuando por azar son descubiertos muchos al comienzo dudan de su existencia y califican el hallazgo como un ‘fraude’, con mayor razón si la prueba se trata solamente de una borrosa fotografía o un video de mala calidad – que bien pueden ser manipulados para mostrarnos algo que no es – y no se trata del cuerpo de la criatura en si. Un ejemplo de ello es el Okapi, un curioso mamífero que parece ser el resultado de un cruce de cebras y jirafas, descubierto recién a inicios del siglo XX en el Congo; el Celacanto, considerado el fósil viviente de los mares y que se creía extinguido hace millones de años (del que por cierto, ya nos ocupamos a inicios de junio) o los calamares gigantes, de que solo se han recuperado partes de sus cuerpos en las redes de los barcos que pescan a gran profundidad en los océanos y de los cuales nunca hemos podido observar uno con vida, pero sabemos que existen. Ahora, gran furor esta causando en las redes el video de un extraño lagarto que tiene la particularidad de poseer “manos de aspecto humano”. Se trata de una filmación compartida en Tik Tok y que no ha parado de generar comentarios y despertar todo tipo de suposiciones. En efecto, el peculiar reptil fue captado por una residente de la localidad de Boulder City (Nevada) y quien no tardó en postear las imágenes de su curioso descubrimiento en la popular red social y su publicación que como podéis suponer, se volvió viral. “Espero que alguien pueda ayudarme a descubrir qué es esta pequeña criatura”, escribió la usuaria @stinkyeyescrappy junto al video que ya supera los 585 mil “Me Gusta”. En las imágenes se observa una criatura que tiene un parecido sorprendente con un lagarto con una textura irregular que cubre su cabeza hasta la cola. Además, se nota claramente que tiene extremidades largas (de 5 dedos) similares a las manos de una persona, aferrándose al borde de una roca y sin moverse un poco mientras la mujer mueve la cámara para mostrar el frente, tomando el sol tal como hacen generalmente los reptiles, al ser de sangre fría. Miles de internautas comentaron la grabación, comparándolo con el de una espeluznante criatura alienígena salida de una película. “¿Es real? Acabo de mirar en Google y no encontré la respuesta”, “Un demorgon (popular criatura de la serie ‘Strangers Things’), “¿¡Qué más 2020!?”, “Estoy bastante seguro de que esta es una versión vieja, seca y quemada por el sol de esos lagartos de plástico pegajoso que se arrojan a las paredes”, “Eso es lo que parece”, «Creo que es un lagarto de dibujos animados que fue aplastado por un camión y se alejó» manifestaron otros, mostrando si escepticismo ante el descubrimiento. Varios portales y diarios han replicado la impresionante grabación, entre ellos el británico The Daily Star que titulo la nota “Mystery alien creature with ‘human-looking arms’ freaks out the internet” (Una misteriosa criatura alienígena con ‘brazos de aspecto humano’ enloquece en Internet) preguntándose si desciende nada menos que del hombre lagarto, del cual muchas leyendas dicen que habita en los EE.UU. Vaya uno a saber lo que sea en realidad, pero no quise dejar de pasar la oportunidad de presentarlo aquí ¿vale?

ANOMALIAS DE LA NATURALEZA: Las trompetas del Apocalipsis

TROMPETAS DEL APOCALIPSISEn medio de la pandemia del Coronavirus y el confinamiento obligatorio en casi todo el planeta, la aparición de un sonido extraño desde el cielo hace unas semanas, similar al de una trompeta, despertó las teorías acerca de la llegada del «fin del mundo» y del Apocalípsis. Como sabéis, en el último libro de la Biblia, hay varios versículos que mencionan su existencia, y que son denominadas como las siete trompetas apocalípticas. Es por este motivo que muchas personas en las redes sociales vincularon el ruido, similar al de un zumbido, con lo que aparece descrito en la Biblia. La explicación, sin embargo, es un poco más científica, ya que se trata de un fenómeno conocido como Skyquakes (temblores del cielo). Aunque su origen está todavía en fase de investigación, se sabe que no todos lo oyen. Se trata de sonidos de baja frecuencia que sólo personas con un oído muy sensible son capaces de percibir. En el mundo desarrollado, quienes vivimos en ciudades sabemos que hay innumerables fuentes de ruido de baja frecuencia: maquinaria industrial, equipos de aire acondicionado y refrigeración, calderas, compresores, transformadores eléctricos, ruido de tráfico… pero el parón de la actividad humana como consecuencia del Coronavirus nos ha regalado silencio y por lo tanto, su presencia se ha hecho mas notoria, ya que muchos han podido por fin escucharlas. Los meteorólogos aún no le han dado una explicación concreta al origen de estas explosiones de los cuales existen registros desde 1804, aunque circulan diversas teorías al respecto. Una de las más aceptadas sugiere que mientras que en la Tierra los movimientos sísmicos ocurren a causa del choque de placas, en el cielo se produce por el choque de masas de aire calientes y frías. Esto es un fenómeno habitual pero que se pudo percibir de modo muy notorio en los últimos tiempos, frente a las noches silenciosas por el aislamiento. Algunos usuarios de redes sociales compartieron videos de diversas partes del globo, en donde se puede escuchar este sonido desde el cielo, similares en algunos casos a un zumbido, un avión que vuela bajo o trompetas. El ruido afecta principalmente a los perros que comienzan a ladrar sin parar. Al respecto, David Hill, un científico del servicio meteorológico de los EE.UU. (NWS, por sus siglas en inglés), explicó que los Skyquakes se producen por diversas razones: desde olas que golpean los acantilados hasta la caída de un meteorito. Estos fenómenos se pueden formar en cualquier parte del mundo, pero en los EE.UU., América del Sur y Australia hubo en los últimos años más reportes por los desprevenidos habitantes que, en muchos casos, se despertaron con ese particular sonido. Lejos de los comentarios apocalípticos que hablan del fin del mundo, en realidad no hay nada de que preocuparse con este fenómeno se registra cada vez con más frecuencia y en muchas regiones del planeta. Otra explicación sobre el tema la brindó un vocero de la NASA en declaraciones a The Daily Mail se refirió al tema y señaló que la Tierra tiene “emisiones de radio naturales”. Según la agencia estadounidense, “suenan como música de fondo de una película de ciencia ficción extravagante, pero esto no es ciencia ficción. Las emisiones de radio naturales de la Tierra son reales y, aunque estamos conscientes de ello. «Si los humanos tuvieran antenas de radio en lugar de oídos, escucharíamos una notable sinfonía de ruidos extraños provenientes de nuestro propio planeta. Los científicos los llaman ‘tweeks’, ‘silbadores’ y ‘esféricos'», agregó. Sin embargo, esta explicación deja gusto a poco para quienes estudian fenómenos extraños y reclaman que se haga escuchar alguna voz oficial acerca de estos extraños sonidos.

NATURE: El calentamiento llega a la región más fría del planeta

ANTARCTICAEl Polo Sur geográfico no escapa al calentamiento global. Localizado en la meseta antártica, la región más fría del planeta lleva tres décadas calentándose y lo hace a un ritmo que triplica la media del planeta. Investigadores vinculan ahora esta anomalía a cambios en los vientos oceánicos que llevan hasta el interior de la Antártida un aire más cálido y húmedo. En lo que no coinciden los científicos es en el reparto de responsabilidades de esta alteración entre el cambio natural y el cambio climático provocado por los humanos. La temperatura en el extremo más meridional del planeta se viene registrando de forma ininterrumpida desde 1957. En noviembre del año anterior, EE.UU. había desplegado los primeros módulos de su Estación del Polo Sur Amundsen-Scott a pocos metros del polo sur geográfico. La estación se encuentra en la parte más oriental de la meseta antártica y sobre unos 2.700 metros de hielo. Esta altiplanicie de la Antártida de unos 1.000 kilómetros de diámetro apenas se ve afectada por los vientos oceánicos lo que la convierten en la región más seca y la que registra las temperaturas más bajas del mundo. Un grupo de investigadores ha analizado ahora los datos meteorológicos de la estación para comprobar que la temperatura media del aire se mantuvo, incluso bajó, hasta 1989. Pero desde entonces no ha dejado de subir. Medida con termómetros en superficie y radiosondas elevadas por globos meteorológicos en la atmósfera más cercana, la temperatura ha subido 1,8º. De hecho, 2018 fue el año más cálido que se recuerda en la estación. Su media térmica fue 2,4º superior a la registrada en los anteriores 40 años. “No está claro cuánto se ha extendido el calentamiento por la meseta antártica, ya que no contamos con registros continuados de temperatura a largo plazo de todo el altiplano”, comenta en un correo en investigador de la Universidad Victoria de Wellington (Nueva Zelanda) Kyle Clem, coautor del estudio publicado en Nature Climate Change. “El tiempo es extremadamente duro en la meseta, lo que hace muy difícil desplegar y mantener estaciones meteorológicas en esta región añade”. Sin embargo, a cientos de kilómetros de la Amundsen-Scott se halla la estación Vostok. Levantada por los rusos un año después que los estadounidenses, es la única que conserva un registro de las temperaturas desde los años cincuenta. Allí fue donde se obtuvo la temperatura más baja registrada en una estación antártica, -89,2º en 1983. Aunque faltan mediciones fiables del periodo posterior a la caída de la Unión Soviética, la base rusa registró también en el 2018 los mismos 2,4º de exceso. Además, con los datos parciales de la serie temporal se puede ver que el incremento allí no ha sido cosa de un solo año, aunque en este caso los aumentos parecen concentrarse en la primavera austral (el otoño del hemisferio norte). Este calentamiento de la zona más fría del planeta arroja aún más confusión sobre lo que está pasando en la Antártida, el cual se divide en tres áreas geomorfológicas. En la parte nororiental se halla la península antártica, unida al resto por la Antártida Occidental. Ambas zonas cuentan con enormes extensiones de hielo marino. Son también las que más preocupan a los científicos climáticos, ya que llevan al menos desde los años setenta del siglo pasado calentándose. Sin embargo, desde comienzos del actual, el calentamiento se había frenado e incluso revertido en buena parte de ellas. Mientras, la Antártida Oriental, donde está meseta antártica, había mantenido sus temperaturas e incluso agrandado su capa de hielo. Parte de esta diversidad se debe a la falta de simetría de la Antártida. Aunque desde aquí se la vea uniforme, no es un círculo perfecto alrededor del Polo Sur. Su parte más oriental se prolonga más al norte hacia el ecuador que su parte occidental. Además ambas miran a distintos océanos, cada uno con sus sistemas de vientos propios que confluyen aquí. Así que su repuesta ante los cambios, ya sea naturales o antropogénicos, no tiene porqué ser igual. Y esto conecta con el calentamiento observado en la estación Amundsen-Scott. “El Polo Sur se está calentando sobre todo debido a los sistemas de bajas presiones y fuertes tormentas en el mar de Weddell, que están llevando aire húmedo y cálido desde el Atlántico Sur al interior del continente”, sostiene Clem. Este mar es una porción del Atlántico (aquí ya rebautizado como océano Antártico) que baña el norte del continente helado. “En el hemisferio sur, la dirección del viento alrededor de las borrascas (zona de bajas presiones) es en el sentido de las agujas del reloj. Al intensificarse las bajas presiones en el mar de Weddell, se intensifican esos vientos, los cuales llevan aire oceánico más caliente y húmedo al interior del continente provocando ese calentamiento observado” aseveró. Pero, ¿qué está rebajando las presiones en este mar? Para responder a eso hay que irse muy lejos de allí, hasta el Pacífico, al noreste de Australia. Aquí la temperatura superficial del mar está subiendo y eso llega al Polo Sur. “Estas temperaturas más altas de la superficie del océano generan un tren de ondas de presión (es decir, una sucesión de anticiclones y borrascas) que se desplazan a la zona del Estrecho de Drake (contiguo al mar de Weddell)”, detalla Clem. Allí se encuentran con el cinturón de ciclones del oeste, reforzando las bajas presiones. Para los autores del estudio, la mayor parte de estos cambios se deben a la variabilidad natural de los sistemas de vientos oceánicos, ya muy irregulares. Por tanto, las fases de calentamiento o enfriamiento en la Antártida, también tendrían que ver con procesos naturales. Pero reconocen una señal antropogénica enmascarada en esas variaciones naturales. Usando varios modelos climáticos que incorporan el efecto de los gases de efecto invernadero en el clima, estiman que alrededor de 1º del aumento de las temperaturas observadas en el Polo Sur en los últimos 30 años lo habrían provocado los humanos. Sin embargo, el director del Centro para el Modelado y Observación Polar (Reino Unido) Andrew Shepherd cuestiono el reparto de responsabilidades en el calentamiento de la Antártida que hacen los autores de este estudio. También profesor de la universidad británica de Leeds, Shepherd sostiene: “Aunque los modelos climáticos sugieren que el Polo Sur fue más cálido durante largos periodos en el pasado, el calentamiento de las recientes décadas sobrepasa el rango superior de sus predicciones y no muestra signos de frenarse, así que es difícil desvincularlo del patrón más amplio del cambio climático que está derritiendo el hielo a lo largo de las áreas más al norte de la Antártida. Si esto continua, dentro se poco tendremos que dejar de seguir considerándolo como el continente helado” puntualizó.